sábado, junio 2

Ha-ena I

Como toda chica  Ha-ena era una niña alegre, vivaz capaz de hacer cosas increíbles y sobre todo soñadora. Quinceañera  Hae-na no reconocía la vida, los peligros de ella y las personas que andaban por el mundo pensado en si mismos sin importar los sentimientos de los demás. De Mirada dulce, cabellos largos y lacios era ella, era la feliz Hae-na ; Alta  orgullosa e inteligente. Mientras se pasaban sus quinces y crecía, sus anhelos y lo hacían con ella; cada día mas inspirada y con ganas de hacer cosas. Señorita, aun niña se cruzo con ella la persona que sintió seria el compañero eterno- ¿ Verdad o mentira-. Como una inocente chica creyó y siguió la voz que èl le dio; maduro, paso de niña a mujer. Hae-na  ya no era la misma, había cambiado, no quedaba duda. La vida era generosa , ella y él eran felices, todo iba bien. El sendero a recorrer  en esta ingrata vida no son las rosas  que los cuentos enseñaron ni las bellas palabras que su abuela le decía. El paso del tiempo desgasto y saco a la luz todo aquello que la belleza del rostro ocultaba. De un tiempo para acá dejo de ser la misma persona, ya no es la que todos conocimos. Se volvió soberbia, mas orgullosa, rencorosa y "mala onda"; Se enfrasco en sus problemas, me daba pena. Aquellas palabras salidas del odio, el rencor y la ira fueron amargando su corazón. Seguía, después de todo, manteniendo su esencia pero algo en  ella había definitivamente cambiado.