miércoles, agosto 8
Chocolate IV
Hasta que finalmente sonó el teléfono, nadie quiso decir una palabra pero la abuela fue y cogió el auricular ; eras tú. Un silencio inmenso hubo nadie dijo nada, solo una lágrima caía de la mejilla de la abuela mas linda del mundo que al fin sentía el corazón haber sido devuelto a su cuerpo. No quise saber detalles ni mucho menos, no pregunte solo escuche a lo lejos escondida debajo de las frazadas, sin querer emitir un solo sonido que evidenciara mi so sobra. Había llamado, había finalmente llamado ¿ como se supone que me deba sentir?, hay tantas sensaciones en mi en este momento, una vez pensé que no era real, no lo quise aceptar pero me alegre y mas que eso me tranquilice; al fin sabíamos de ti. Luego de aquella llamada y buenas noticias solo las sonrisas parecían caber en la casa del te, todos contaban a los recién llegados las buenas nuevas, todos preguntaban a la abuela que fue lo que dijo, nadie quería saber mucho al final solo importaba que estaba bien. Una vez dije-'nunca llamara'-pero lo hizo llamo, después de todo no era como yo pensaba, como pensábamos todos; no era una mal agradecida ni mucho menos despreocupada, paso los 6 meses mas largos de su vida en un hospital sola, sin nadie de su sangre al menos supimos que tuvo a alguien incondicional por halla eso aunque no sabíamos muy bien tranquilizo los nervios de la abuela al imaginarse a su cría en una cama sin nadie quien la atienda. Finalmente se de ti y es todo lo que importa, justo en este momento importante es muy reconfortante después de todo lo que paso no puedo negar este lazo que nos uno después de todo siempre seras mi Mamá.
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