No se porque mis decisiones cambiaron aquel día. No se porque apareciste sorpresiva mente para cambiar algo que ni yo sabia existía. Si yo ya no creo, que atrevimiento el tuyo, que descaro, no lo tolero. No permito que cambies mis ideas, que cambies mi pensamiento y que ahora te hable en silencio lo que mi mente grita y retumba por dentro. No tienes derecho, yo no he dicho nada y sin embargo parece que dije casi todo porque lo noto en tu forma de ser. Tú ni puedes acercarte, no puedes con tu manera de ser darme nuevas perspectivas de la vida, no se puede, yo no quiero y no pasará.
Ahí estás, sonríes como siempre, se te escapa la mueca picara cada que me ves, pero no hablas de mi, tu boca suelta mil nombres menos el mío y que bueno es eso porque es mejor vivir en nuestros mundos que pertenecer al de otros. Yo sé que solo sabes un nombre, que de su sonrisa es de la que más te acuerdas y que bueno porque ya no importa lo que sienta, no me di cuenta y sucedió más rápido de lo que pude notar. La vida es así.
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