Caminaba Amelía por el jardín de su casa. Un jardín muy lindo,alegre que irradiaba paz. Ese día al pasar por el lado de las rosas, Amelía vio a su favorita así caída , con las Hojitas tristes y los pétalos casi marchitos. El corazón de Amelía sufrió el acongojo mas profundo que había sentido al ver a su rosa favorita sumida en tan profundo dolor. Le pregunto -¿Rosa que tienes?, ¿ porque estas así?-, ella le respondió- Amelía en esta vida las rosas como yo somos tristes, nadie sabe cuidarnos, querernos, amarnos con la delicadeza debida-. Sin saber que hacer, Amelía agarro las hojitas de la rosa y las acaricio.
- ¿Que puedo hacer, rosa dimelo?
- Nada Amelia, gracias. Este dolor es mas de lo que se ve, me ah quemado mis pétalos poco a poco, no tiene cura. Lo llevo en el alma.
Con el corazón acongojado mucho mas aun, Amelía dejo a la rosa y le dijo- No te preocupes Amiga, yo haré que vuelvas a sonreír, lo prometo

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