El sexo es una de las expresiones de intimidad y amor
entre dos personas, cómplices que comparten más que deseo por ese otro ser que
tienen en frente. Sexo, que nos define, hombres y mujeres. Tener relaciones sexuales con una persona es más que tener “sexo” es
expresar amor, compartir, enriquecerte.
Hoy en día hacer
el amor ya no es compartir un momento íntimo con el ser amado, hacer el amor se
ha convertido en sexo puro. Sexo que se vende como mercancía donde se muestra
como algo grotesco y hasta vulgar, Mario Vargas Llosa lo comenta en su ensayo, “La
civilización del espectáculo”.
El autor y yo compartimos la misma apreciación en lo que
el sexo se ha convertido en estos días modernos. Ya nadie hace el amor, todos
buscan desfogar sus deseos carnales sin amar. En la civilización de nuestros
tiempos el sexo es una mera mercancía, una forma de ganar dinero, de vender.
Expresar el sentir por una persona con un ramo de rosas,
con palabras de amor ha dejado de ser usado, por no decir que quedo en el
olvido. Los chicos de hoy en día solo piensan en acostarse con la chica más
guapa de la universidad, convirtiendo sus encuentros en sexo y nada más que
eso.
La canción “sexo”, de la banda chilena “Los Prisioneros”,
nos cuenta también la misma realidad de
nuestros días, el sexo como una mercancía: “sexo compro, sexo vendo” dice su
canción. El sexo no como parte de nuestra sexualidad, si no como parte misma de
la sociedad, como algo necesario para poder vivir.
Concluimos que el sexo se ha convertido una forma de desfogar los deseos carnales, fantasías sexuales y demás expresiones más baja de los instintos humanos. El sexo se convirtió en puramente sexo. Hoy en día no se ve como un acto de amor si no una forma de “pasarla bien” y es más que lógico que es así, pero no todo es eso, el sexo es expresar amor de forma íntima

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